i'm still alive.

Anoche tuve un encuentro conmigo. Estaba discutiendo entre vivir y no vivir. ¿Qué pasaría si me muero hoy? Mañana habrá una sonrisa menos. Una boca menos. Un alma menos. No llegue a cumplir 18 años, ni conocí al gran amor de mi vida. Nadie logró hacerme absolutamente suya, por que jamás lo quise. Por que jamás me sentí segura de entregarme por completo. No fui mama, ni tampoco entendí a la mía. No termine de entender las religiones. No me gustó catequesis, los peores cuatro años de mi vida. Solo sé que existe un Dios. Quizás no fui la hija que mis padres desearon tener, no fui la chica 10. Tampoco voy a ser recordada por mi profesión, por que jamás trabaje. No logré publicar la novela que empecé y jamás le puse mucho empeño. Y ahí me encuentro otra vez conmigo, pensando en las consecuencias de morir, y me doy cuenta que no soy yo quien tomará esa decisión. No estoy tan desquiciada como para matarme o dejarme morir. Él me va a llamar cuando en realidad me necesite. Así que ahora debo sonreirle a la vida y volver a dar el paso fuerte.
Las lágrimas que estoy derramando ahora son en vano. Estoy encerrada en mi habitación llorando a escondidas, y de nada sirven mis planes. De nada sirve la idea de no salir de acá, de no comer, de dejarme morir, y de intentar evadir los problemas y de nada sirve que me lance a la deriva.
Del amor al odio hay un solo paso dicen, espero que sea lo mismo que de la tristeza a la felicidad. Creo que estoy lista para dar el salto y volver a sonreír.

Los gritos en mi cabeza me están atormentando.

 Si mi destino no es morir ahora, entonces debo luchar para seguir.

Después de escribir esto, y haber llorado durante horas salí de mi pieza fui y le abrace a mi vieja. Estaba tan mal y pensaba morir por que no entendía ni entiendo muchas cosas de la vida en sí.  

Lo que acaban de leer tiene fecha del 15 de Diciembre de 2010. Sigue siendo todo igual, con la única excepción de que ahora sí ya tengo 18. Y sí, tuve un amor, pero no fue el de mi vida.